Me zambullo en el mar
de tu espalda
y nado a voluntad.
Tu ignorancia me da la certeza.
Aprisiono gestos y movimientos
en la jaula de mi memoria.
Una gota de sudor traviesa
se instala en mi párpado,
me obliga a desviar la vista.
El espejo
me regresa tu sonrisa.
Mis pupilas se sienten desnudas
ante la caricia de tu mirada.