Tu cuerpo de arena
se
desdibuja ante mis ojos.
Ráfagas candentes
te esparcen
en todas direcciones.
Hasta mí, llega…
casi nada
¡Unos granos apenas!
se reflejan en
el espejo
Creo ver tu imagen.
Me lanzo hacia él,
quebrándolo.
Miles de estrellas en el suelo
entretejen tu silueta.
Entre cristales y arena, te busco
No
puedo hallarte.
Tomo un vidrio.
Corto mis
venas…
Te busco.
Sangre,
vidrio, arena y tiempo.
Allí, al fin te encuentro.
Te hago mío y
muero.
2 comentarios:
Publicado en la antología "Entrelazados" de Editorial Dunken
Esto es tétrico...seguro que le gusta a Horacio Gomez que a mi siempre me pide que en lo que escribo le ponga "sangre"..jajajaja
Besitos
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