viernes, 23 de abril de 2010

PECADO MORTAL



¡No podía parar de correr, ni pensar en detenerse! Sentía los latidos de su corazón en sus sienes palpitantes. Su respiración cada vez más agitada, sus ansias de gritar ahogadas en la garganta.

Los pensamientos se agolpaban en su mente. ¿Qué haría?, ¿confesaría su pecado? Era un niño, pero comprendía que había robado.

- Robar es malo - decía mamá. - ¡No robarás! – decían en la Iglesia.
- Robar es pecado - .

¡Dios! ¡Qué cansado estaba!, se detuvo y trató de ordenar sus ideas, - ella..., ella también era culpable-. Él no lo hubiera hecho si ella no hubiese estado allí, incitándolo, provocándolo. Si... él era culpable, pero ella también lo era.

Tomó una decisión, confesaría su pecado, pero ella debería asumir su culpa. Él jamás había robado antes, ésta era su primera vez y él, él no sería condenado por robar...

Tan solo un beso.

domingo, 18 de abril de 2010

DOS SOLES


El niño sostenía la mano de su madre. ¡Era tan inmenso el silencio!, movía su cabeza a derecha e izquierda sin parar, sus ojos muy abiertos, las lágrimas surcaban sus mejillas pétreas de temor, sus labios temblaban.

El golpe había sido rápido, certero, no se oyó ni un gemido. El niño seguía tomando la mano de su madre, pero ahora movía la cabeza en otra dirección y dirigía sus ojos hacia lo alto... Él no comprendía. Vio dos soles en la noche y se atemorizó aun más, cayó de rodillas, eso quebró el silencio.

Los ojos de la madre parpadearon en el cielo, mientras el pequeño abrazaba su cuerpo sin vida.