domingo, 4 de diciembre de 2016

El último tac.

        El reloj dejó de funcionar. Su máquina corazón se detuvo. Marcó la hora, los minutos, los segundos exactos. Uno de los golpes lo dejó inerte para siempre. Una aguja señala al poniente y la otra a su asesino. La sangre inunda su quieto universo. Ni él, ni su dueño llegarán a la cita…