sábado, 19 de noviembre de 2011

¿Destino o elección?


Con la palabra azar rige estas cosas

el odiarlo, el adorarte sin medida,

el alejarte de mi lado

y el acercarte a mis sueños,

el permitir que te ocultes

entre las estrellas

y el no poder hallarte.

¿Dónde estás mi Dios humano?

Ven a mí…

¿Estás en el hueco de las manos de aquel

que necesita del agua y no la implora?

Tal vez en mi sangre, fielmente abrasada,

quizás dentro del horizonte

que aprisiona los ocasos.

¿Dónde estás?

Adentro parece como si el corazón

implosionara mil veces.

Afuera parece como si

multitudes de caballos se acercaran.

Ven a mí.

Despierta los gritos

que duermen en las gargantas.

Haz aflorar las pasiones…

Desnuda los sentimientos en carne viva.

Si me dieran a elegir, yo elegiría

que seas mi Dios.

Levantarte un altar y llenarme de ti

Ser feliz…

¡Prodigiosa blasfemia!