viernes, 14 de octubre de 2011

Un instante único


El último tic del reloj

no llegó a ser tac.

Una gota de rocío

quedó pendiendo de una telaraña.

Mi respiración se trepó a la cornisa y

de allí se lanzó en

p

i

c

a

d

a.

La noche se vació de estrellas.

Mis párpados se enemistaron.

El sauce dejó de llorar.

El invierno de pronto fue verano.

El olmo se transformó en peral.

Se me desgranaron los ocasos...

El trigal se opacó, se cosecharon los silencios

El sol vistióse de luto, murieron los girasoles...

Agujas asimétricas

se clavaron en todo mi cuerpo

con espasmos de placer.

El trino de las aves

se alejó aleteando dejándolas silenciosas...

Las vocales huyeron de las palabras que

amontonaron consonantes en mi garganta.

Una musa

se paseó desnuda

sin llamar la atención.

Morí y nací dos veces.

Todo, absolutamente todo...

pasó la primera vez

que me ví,

reflejada

en tus ojos.

2 comentarios:

María Emma dijo...

Publicado en la Antología del Taller de Verano "De la Estación"

Eliane dijo...

Maria Emma: Que lindo que pusistes en marcha el blog otra vez y con un poema tan bello! Me encantó la caida en picada...jajaja
Besotes