El reloj dejó de funcionar. Su máquina
corazón se detuvo. Marcó la hora, los minutos, los segundos exactos. Uno de los
golpes lo dejó inerte para siempre. Una aguja señala al poniente y la otra a su
asesino. La sangre inunda su quieto universo. Ni él, ni su dueño llegarán a la
cita…
2 comentarios:
publicado en la antología El Tweet en Letras de Editorial Dunken
Me hizo recordar a Edgar Alan Poe en su Corazon delator....
me gustó! Muchos besos
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